En un incierto futuro distópico, grupos de jóvenes modificados recorren de noche la ciudad buscando en el viejo dolor y la violencia injustificada algo parecido a una cálida emoción. En un ambiente de asfixia moral, bajo el control estricto de un Estado que supervisa la acción, el pensamiento y la palabra, estos jóvenes se comunican empleando una neolengua que vacía los vocablos de cualquier rastro de humanidad. Nada puede nombrarse ni comunicarse verdaderamente mediante este nuevo lenguaje. No se trata de una herramienta creada para transmitir conocimiento, sino para adoctrinar y someter. En esa misma neolengua ha sido escrita la novela que ahora tienes en las manos. A través de sus páginas asistirás a la lucha perdida del protagonista por convertirse en un ser humano.