En el corazón de un pequeño pueblo de Colombia llamado Guetaca vive Lorenza, una enigmática mujer de la que se cuentan diferentes certezas dependiendo de a quien uno le pregunta. Pero lo más particular de ella no es tanto su persona como su casa. Las paredes de la vivienda están atiborradas de palabras, frases, dibujos y bocetos que se entremezclan entre sí formando una urdimbre de signos que llama poderosamente la atención del narrador anónimo de esta historia. A través de esta escritura aparentemente azarosa, el hombre acaba hilando muchos de los sucesos acontecidos en el pueblo, así como de los sentimientos y huellas de la propia Lorenza.