Finales del siglo XI. Aprovechando la disgregación del califato musulmán, los reinos cristianos avanzan hacia el sur, pero son frenados por la llegada de los fieros almorávides. En este escenario aparece Alfonso I, el rey de Aragón y Pamplona, un legendario personaje calificado en crónicas coetáneas como «nuevo Julio César» o «segundo Carlomagno», que, sin embargo, no ocupa el lugar que merece en la historia.
Convirtió un pequeño reino en una potencia y su frenética actividad militar le valió el sobrenombre de «Batallador»; fue, además, el creador de las primeras Órdenes Militares de la Península y el artífice de un audaz sistema de fueros.
Esta novela nos sumerge en la época y nos muestra la cara humana detrás del mito.