Cuenta la leyenda que todas las palabras del idioma castellano vivían juntas en una isla llamada Isla de las Palabras, y que, un día, la convivencia pacífica entre ellas empezó a romperse. Las Llanas, palabras comedidas y amantes del orden, que conformaban la mayoría de la población, consideraron que había que reducir a las Agudas (peligrosas radicales), a las Esdrújulas (vagas idealistas) y a las Sobreesdrújulas (inútiles excéntricas), y poco a poco instauraron un régimen autoritario comandado por Reina. La deriva dictatorial llegó a su extremo el día que decidieron expulsar de la isla también a todas las tildes. El caos estaba servido…
La Isla de las Palabras es una desternillante y estrambótica fábula acerca del poder del lenguaje y una severa crítica al Autoritarismo.